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¡Probablemente no! El ámbar es completamente natural cada pedazo de resina de árbol se endurece en una cuenta para ser  colocada en el collar. Las cuentas están clasificadas por tamaño y dureza, pero el color, la forma y la textura pueden variar de un collar a otro. Es muy raro encontrar dos que sean exactos.

Para obtener el mayor valor terapéutico del collar, el bebé debe usarlo tanto como sea posible durante el día. No se recomienda que el bebé lo lleve a la cama, o mientras no esté supervisado. Se recomienda durante la noche o la siesta poner el collar en el tobillo y sostenerlo con el calcetín. 

No. Estos collares no deben masticarse. Elija el collar del tamaño adecuado para su bebé para que el bebé no pueda meter el collar en su boca.

Con cada collar de ámbar, cada cuenta se anuda individualmente en la cuerda. Esto asegura que si el bebé rompiera el collar, solo podría liberar una pieza.

El broche de plástico en la parte posterior está libre de todos los metales y alérgenos y también se mantiene unido por nudos. Esto asegura que si hubiera suficiente presión sobre el collar, el broche se rompería.

Nunca use productos químicos, lociones y otros residuos que puedan recubrir la superficie de las piedras creando una barrera del ácido succínico curativo.

Para limpiar el ámbar Puedes frotar el ámbar con un trozo de tela mojado. No permita que entre en contacto con productos de limpieza, jabones, lacas para el cabello, calor extremo u otras sustancias químicas.

Si el ámbar pierde su brillo, lávelo con agua fría, séquelo con un paño suave y pula con un poco de aceite de oliva. Guarde el ámbar en un lugar oscuro y fresco, envuelto en un paño; de esta manera, te ayudará a retener la belleza por más tiempo.

No lo guarde con otras prendas, ya que puede rayarse y dañarse. El ámbar tiende a oscurecerse con el tiempo, pero puede mantener el color si lo mantiene alejado del calor y las luces fluorescentes.

¡Con mucho cuidado, tus piezas de ámbar durarán a través del TIEMPO!